El tratamiento para acné es siempre individualizado en función de la severidad, tipo y edad del paciente.

El estudio de la piel revelará el tratamiento más eficaz valorando al mismo tiempo el historial médico y hábitos del paciente:

1. Acumulación de grasa o sebo en los poros de la piel, que deriva en granos, sarpullidos, espinillas y erupciones.

2. Desajustes hormonales o fluctuaciones de los niveles, alteraciones por lo general a raíz de la menstruación, el embarazo o la menopausia.

3. El estrés, el tabaquismo, desequilibrios de la dieta, mal cuidado de la piel y maquillajes o cosméticos inadecuados son otros factores que también influyen.

4. La toma de determinados medicamentos, especialmente en tratamientos de larga duración.

Siempre dependiendo de criterio médico derivado del estudio previo, edad y el estilo de vida del paciente. Pudiendo el especialista hacer uso único de los diferentes tratamientos o hacer uso combinado delos mismos:

• Higiene de la dermis:

Lo común para todos los casos es elegir un tratamiento adecuado al caso para ayudar a la limpieza e higienización adecuado a la piel del paciente.

• Peelings químicos:

Muy eficaz en el tratamiento del acné, por su efecto secante, exfoliante y antiinflamatorio. Se pueden emplear diferentes ácidos: glicólico, tricloroacético, kógico, salicílico, fenol… de forma superficial, media y profunda.

Ventajas: acción secante, exfoliante, antiinflamatoria y mejora sus secuelas.

•  Mesoterapia:

Microinyecciones superficiales directas a la dermis (vitaminas, minerales, oligoelementos y coenzimas, neuromodeladores y ácido hialurónico). Estimulan los mecanismos naturales en la regeneración de la dermis y liberan factores de crecimiento de nuestro organismo que intervienen en el proceso de cicatrización.

 Ventajas: regula el exceso de grasa y sebo, elimina pieles muertas, bacterias y aporta efecto anti-inflamatorio. También contribuye a difuminar arrugas de expresión y corregir las cicatrices del acné. Es un proceso indoloro y cómodo.

• Láser no ablativo:

Tecnología no invasiva que ayuda a disminuir la inflamación y a tratar las cicatrices como por ejemplo láser tipo Q-Switcherd de ELEKTRA

 Ventajas: sencillo de aplicar, apto para todo tipo de piel, sin riesgos y con distintos niveles de intensidad. Es un proceso preciso y de inmediata recuperación ya que trabaja en la capa profunda de la dermis sin dañare al piel más superficial. Proporciona además una piel más luminosa, elástica y uniforme.

• Láser ablativo:

Elimina las cicatrices y manchas que deja el acné y se aplicará cuando la fase activa esté controlada. La tecnología láser crea una serie de microheridas en la superficie de la piel, de forma controlada, con el objetivo de regenerar y alisar el tejido cutáneo. Así, la piel activa un proceso de curación natural, basado en la generación de colágeno nuevo, el fortalecimiento de la piel y la mejora de la textura. Por ejemplo láser iPEXEL, IMPACT.

Ventajas: aumenta la producción de colágeno y normaliza la actividad celular. Suaviza las cicatrices y mejora el aspecto general de la piel.